Hombres virtuosos

Hace casi 2500 años, en medio de sangrientas guerras, un hombre llamado Confucio dijo:

Un hombre virtuoso es como una luz que
alumbra en lo alto

El tipo más noble de hombre tiene una mente amplia y sin prejuicios.

El hombre inferior es prejuiciado y carece de una mente amplia.

Confucio murió en penurias, pero cuando su pueblo entendió la necesidad de unirse a su hermano y no destruirlo, sus enseñanzas cambiaron la historia de china.

Confucio sabia que el cambio a una sociedad justa y pacífica requería que al igual que él, hombres de honor se levantasen como una luz que alumbra en lo alto.

¿Uno que no sepa gobernarse a sí mismo, cómo sabrá gobernar a los demás?

Poder gobernarse a uno mismo conlleva un conocimiento de nuestro ser y del entorno que nos rodea. Este es el principio del verdadero conocimiento.

Saber que se sabe lo que se sabe y que no se sabe lo que no se sabe; he aquí el verdadero saber.

Estos son fragmentos de las anacletas de Confucio. Espero que les sirva a aquellos que sienten en su interior que pueden ser conductores de un futuro mejor.

Cada día me examino tres veces. 1º Cuando actúo en nombre de otros, ¿He sido digno de confianza?  2º En mi relación con mis amigos, ¿he sido leal? 3º ¿he practicado lo que se me ha enseñado?

El caballero busca virtud; el hombre común se apega a su tierra natal. El caballero busca la justicia¸ el hombre común busca favores.

Manejado por maniobras políticas y contenido con castigos, la gente se vuelve astuta y pierde la vergüenza. Conducidos por la virtud y moderado por los ritos desarrollan el sentido de la vergüenza y la participación.

Para gobernar un estado medio, hay que despachar los asuntos con dignidad y buena fe; ser frugual y amar a todos; movilizar al pueblo solo en los momentos adecuados.

Cuando se honra a los muertos y se mantiene viva la memoria de los antepasados remotos, la virtud de un pueblo se halla en su plenitud.

Reflexión:

Hoy es necesario que ampliemos nuestra mente y terminemos con los prejuicios. Que sigamos recordando a nuestros grandes hombres de virtud y sigamos sus ejemplos aceptando cada uno individualmente su propio destino.Que nos conozcamos a nosotros mismos, que entendamos que somos parte de esta historia que se gesta en nuestros tiempos. Que debemos vivir el presente con dignidad y honestidad como hombres virtuosos. Y que miremos al futuro pensando en los nuestros, pero también en los demás.


Podría ahora hablarles de tantos hombres y mujeres de gran virtud como Jesús, Ghandi, Teresa, San Martín, Peron y Evita...


Pero ahora quisiera simplemente que reflexionemos en este hombre que vivió con nosotros, que todos conocemos, que dejo su vida trabajando por su pueblo y es como si aun estuviese. El que marco un camino en nuestros tiempos. El de la libertad y la hermandad en nuestra amada Argentina. Para que su recuerdo aun vivo nos inspire.

El hombre superior es persistente en el camino cierto y no sólo persistente.

Quien volviendo a hacer el camino viejo aprende el nuevo, puede considerarse un maestro. Confucio